“De mayo a agosto el corcho se retira cuidadosamente, preservando la integridad de los árboles y minimizando el impacto sobre el medio ambiente”, afirman desde Corchos de Argentina. Lo más importante: el árbol no sufre y es un recurso renovable.

El alcornoque (Quercus suber) es un árbol originario de la región mediterráneo. Son árboles longevos, que viven más de 150 años y miden 10 metros de altura. Su corteza es rugosa y muy llamativa, que le da su atractivo y además lo vuelve impermeable. De allí se obtiene el corcho, que se utiliza para sellar las botellas de vino. Gracias a su atractiva copa, brinda una gran sombra muy apreciada en los jardines.

Especie perenne, las hojas del alcornoque son verdes y blanquecinas del revés, con algunos picos. En primavera luce unas flores pequeñas y amarillas, muy atractivas. Su fruto es una bellota amarga, que aparece en otoño. Prefiere zonas cálidas y húmedas, y no tolera bien los suelos calizos ni las heladas.

Extracción milenaria

El proceso de retirar la corteza del árbol se realiza cada siete u ocho años y comienza a partir de los 25 a 30 años del ejemplar. El alcornoque no sufre durante el proceso, porque liberarse de esta capa le permitirá crecer. Es un recurso renovable, de modo que el tronco volverá a regenerarse. Una vez retirado, lo que se observa es el tronco, de color rojizo. Con el correr del tiempo, se volverá más oscuro y comenzará a agrietarse.

“Durante los últimos años, se han desarrollado y optimizado el uso de maquinaria de extracción para mejorar el proceso de extracción artesanal del alcornoque, permitiendo introducir tecnología de última generación en un proceso manual y tradicional”, dicen desde Corchos de Argentina.

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Versátil

El alcornoque es una especie que genera ecosistemas que incluyen aves migratorias, jabalíes y cerdos que se alimentan de las bellotas, así como también el ganado. Además, sus raíces evitan que el suelo se erosione y permiten que su alrededor se generen otras especies, algunas de ellas comestibles. Su madera sirve como carbón vegetal. La materia prima del alcornoque no sólo se utiliza para corchos, sino también para elaborar calzados, bolsos y todo tipo de artesanías.